
Avatar será una franquicia
Avatar tendrá dos entregas más. ¿Su éxito pasado y su mensaje medioambiental serán suficientes para reactivar la industria del cine?
En 2009 se estrenó Avatar, de James Cameron, la película más taquillera de la historia. Fue todo un fenómeno, pues recaudó un total de 2800 millones de dólares.
En ella conocemos a Jake Sully, un soldado parapéjico que es reclutado para viajar al planeta Pandora. Su misión es la de infiltrarse entre los Na’vi, la población nativa, para poder extraer un raro mineral clave en la resolución de la crisis energética de la Tierra.
Los efectos especiales que se usaron para contar esta historia, de corte fantástico y ambientalista, representaron una experiencia cinematográfica cautivadora que demostró que los blockbusters también pueden alcanzar el estatus de arte. El espectador no se siente desapegado de la trama ni de lo que viven los personajes a causa de los visuales. Al contrario, estos lo maravillan y sirven para que conecte mejor con lo que ve en pantalla.
Dado su tremendo éxito, la posibilidad de convertir a Avatar en una franquicia se instaló rápidamente en la mente de productores y fanáticos. Sin embargo, la magnitud de la producción no lo había ello posible… hasta ahora. Finalmente, 13 años después de su estreno original, Avatar 2 verá la luz el 22 de diciembre de este año.
Las expectativas son muy altas. No solo estamos frente a una película de culto, sino que su victoriosa recepción en taquilla en el pasado también representa una gran responsabilidad en el presente: la de reactivar la industria del cine.
Recordemos que la llegada de la pandemia afectó mucho a las cadenas de cine, ya que no era posible visitarlas debido a las restricciones para combatir la COVID19. Entonces, los servicios de streaming tomaron el relevo. Asimismo, varias sucursales tuvieron que cerrar permanentemente.
El golpe para el cine ha sido muy duro. Incluso hoy, ahora que ya podemos asistir a las salas normalmente, la industria sigue sin recuperarse del todo. Las personas parecen seguir prefiriendo la comodidad de usar servicios como Netflix, Disney o HBO MAX.
Sin embargo, existe la esperanza de que las nuevas películas de Avatar cambien el equilibrio de la balanza. Su poder para volver a traer a la gente a las butacas ya quedó demostrada el viernes pasado durante su reestreno. Aunque el evento dejó a muchos con un sabor agridulce, pues muchos de los asistentes acudieron pensando que verían Avatar 2, y no el filme original con algunas escenas postcréditos.
Lo que sabemos sobre el desarrollo de la franquicia
Avatar 2 está terminada desde 2020. Su título oficial será Avatar: El camino del agua. Su teaser fue lanzado el 9 de mayo del presente año.
Esta vez, la historia se centrará en cómo Jake, Neytiri y la nueva familia que han formado se enfrentan otra vez a la amenaza humana. Para sobrevivir y permanecer juntos, deberán abandonar su hogar y explorar las regiones marinas de Pandora.
Así, el océano será el gran protagonista de esta entrega. De hecho, de acuerdo con una reciente entrevista de Cameron con CNN, los actores tuvieron que aprender a actuar bajo el agua. Ahora, Kate Winslet y Sigourney Weaver son capaces de aguantar la respiración hasta por seis o siete minutos.
Además, el director promete mucha más emotividad que en la película original:
“Creo que es más emotiva que la primera película. Creo que se centra más en los personajes y en la dinámica de las relaciones que la primera película, pero sin duda cumple con el espectáculo“
Los detalles sobre la trama de Avatar 3 aún no han sido revelados. Por el momento, la única información con la que se cuenta proviene de una entrevista que data de hace dos años, en la que se afirmó que las grabaciones ya estaban finalizadas.
El valor de Avatar más allá de cine: el cuidado del medio ambiente
Dejando de lado el valor de Avatar para generar dinero para industria del cine, este filme posee importancia como manifiesto ambientalista.
La sociedad que Cameron creó para su película, los Omaticaya, tiene una intensa conexión espiritual con la naturaleza, a la cual tratan como una entidad sagrada. Son todo lo contrario a lo que representan los americanos invasores y destrcutores que amenzan su planeta.
Para los Omaticaya, la naturaleza es una unidad de la que ellos mismos forman parte: están emparentados. Neytiri incluso se refiere al árbol sagrado -en el que literalmente habitan las almas de sus antepasados- como su madre. Además, la conexióncon la naturaleza se ve reforzada por un vínculo físico: el denominado Tsaheylu, el cual tiene lugar cuando dos criaturas conectan sus colas neuronales.
Este pueblo es ecológico ,pues entiende que todo está relacionado entre sí a través de una red de energía compartida por todos los seres vivos. Así, lo que afecta a una parte del ecosistema puede afectar al resto.
Además, su estilo de vida es sostenible porque solo toman de la naturaleza aquello que necesitan estrictamente. Neytiri, por ejemplo, mata únicamente con el objetivo de salvar la vida de Jake, y aun así considera el acontecimiento como una tragedia.
Por su parte, la sociedad humana se presenta como una que únicamente está interesadas en ser poderosa, en especial en el ámbito financiero. Su mayor preocupación es conseguir un mineral que los hará ricos; la investigación científica no es más que un pretexto.
Los humanos se piensan como seres separados de la naturaleza. Se creen superiores a cualquier otra forma de vida solo porque son capaces de provocar una mayor destrucción. Por tanto, su estilo de vida se caracteriza por la explotación de los recursos, por el consumos excesivo.
La ambición es tanta, que la explotación de “sus tierras” no les parece suficiente, y sienten la necesidad de recurrir al saqueo de las de otros (Pandora). Ni siquiera les importa si destruyen aquello que saben sagrado para los Na’vi.
Pero el desenlace de la película, con el fracaso del plan de los humanos, nos deja ver claramente quién está está parado del lado correcto de la historia.
Por Ingrid Vargas