Brasil

Brasil elige a Luiz Inácio Lula da Silva como nuevo presidente

Más de 156 millones de brasileños eligen quién gobernará el país más grande de Sudamérica por los próximos cuatro años.

Votante brasileños llegaron a las urnas para elegir entre dos modelos de país. Por una parte está la opicón por el actual presidente, Jair Bolsonaro, de ultraderecha, y la contraparte, izquierda, por Lula da Silva, quien busca la tercera presidencia.

Más de 156 millones de brasileños particpiaron este domingo en la segunda vuelta de los comicios en 26 Estados y el Distrito Federal de Brasilia para elegir al próximo mandatario que ocupará el cargo 4 años.

Jair Bolsonaro votó en Río de Janeiro y viajó a Brasilia, para esperar los resultados. Lula de Silva lo hizo en un colegio São Bernardo do Campo, ubicado en la periferia industrial de São Paulo, comentando que “hoy el pueblo está definiendo el modelo de Brasil que desea”.

Hay que recordar que en la primera vuelta hubo un alto porcentaje de abstención del casi el 20% del padrón y 32 millones de electores. Analistas señalan que en esa porción puede estar la clave del resultado de hoy. Aunque no participaron en aquella elección, no tienen impedimentos para hacerlo en esta segunda y decisiva.

En Brasil el voto es obligatorio desde los 18 años de edad y los adultos mayores de 70 pueden optar por no hacerlo. A diferencia de otros países, las y los votantes se pueden presentar a las urnas con cédula de identidad, la licencia nacional de conducir, un carnet de la seguridad social, pasaporte, certificado de militar reservista, tarjeta de trabajo o cualquier otro documento que tenga fotografía.

Todo esto gracias a que utiliza un sistema de votación completamente electrónico. De tal manera que el conteo de votos sucede con relativa rapidez, sobre todo para un país tan grande. Los funcionarios indicaron el domingo que esperaban que se conociera quién era el ganador para las 19:00 horas (del Este).

¿Pero qué dicen las encuestas?

La última encuesta del Instituto Datafolha publicada el sábado redujo la ventaja de Lula de seis a cuatro puntos, comparado con dos días atrás, con 52% de las intenciones de voto frente a 48% para el presidente.

En la primera vuelta, los sondeos subestimaron el potencial de Bolsonaro, que finalmente acabó detrás solo por cinco puntos (43%-48%).

Durante la primera presidencia de Lula, el país se encontraba en proceso de industrialización, y se benefició de los altos precios de las materias primas. El gobierno no sólo evitó el default de su deuda sino que administró un crecimiento sin precedentes del PIB, de la mano del apreciamiento del real y el aumento del empleo.

De tal forma que su política económica fue acompañar el crecimiento de las exportaciones con una reducción del gasto, pago de la deuda, reducir la burocracia y apoyar a emprendedores.

Con esas medidas, Lula buscó crecer el empleo y los ingresos tributarios, pero al mismo tiempo aumentó el gasto social en educación y salud. De tal manera que los 189 millones de brasileños en esos años contribuirían al crecimiento con su consumo ampliado. Hoy la cifra asciende a 214 millones de personas.

De acuerdo a la ley electoral de Brasil, el ganador debe superar el 50% de los votos válidos (sin contar aquellos en blanco y anulados) para iniciar un nuevo mandato presidencial el 1 de enero de 2023.

Lula da Silva se impuso por la mínima diferencia en la contienda más polarizada de la historia de Brasil y será de nuevo presidente. Con el 95% de los votos escrutados.  Obtuvo el 50.7% frente al 49.3% de Jair Bolsonaro.