
Bruno Traven y la crítica del progreso y del capitalismo
Canastitas en serie es un cuento escrito por Bruno Traven que nos invita a reflexionar sobre el progreso y el capitalismo
Etimológicamente, la palabra progreso quiere decir “caminar hacia adelante”. Se trata pues, de un decurso lineal y ascendente, siempre hacia mejor que pretende llevarnos a un estado de perfección moral y social. Al menos esa es la concepción que se gestó del progreso durante la Ilustración. No obstante, la historia y el presente mismo nos muestran que dichos perfeccionamiento moral y acumulación de conocimientos no tienen por qué confluir. Al contrario, pareciera más bien que mientras más y mejores tecnologías poseemos, más decaemos en el plano moral. Como ejemplo, basta con pensar en las devastadoras consecuencias que han tenido el desarrollo industrial y el capitalismo. Esto es precisamente lo que más le molestaba al enigmático escritor alemán Bruno Traven.
A través de sus relatos literarios, este auto nos ofrece pistas para pensar sobre esta cuestión. Un ejemplo muy representativo es el de “Canastitas en serie”, uno de los cuentos que se encuentran en la compilación Canasta de cuentos mexicanos. En este, la crítica se dirige a la producción en masa.
La historia trata sobre un hombre de negocios de origen norteamericano llamado Winthrop, quien viaja a Oaxaca, donde conoce a un indígena que elabora hermosas canastitas de paja y las vende. Como el indígena tiene problemas para venderlas y tiene que malbaratarlas, a Winthrop se le ocurre la idea de ofrecerlas en su propio país, como empaque para los chocolates finos de una confitería. Él cree que está haciendo el negocio de su vida; pero la realidad es que las canastitas del indígena son obras de arte, no productos industriales que puedan producirse en serie…
La tesis de Bruno Traven sobre el progreso se articula principalmente a través de sus dos perosnajes principales: Winthrop y el indígena. Como es común en la obra de Traven, ambos se inscriben en una visión maniqueísta del mundo. M. Winthrop encarna el mal de la modernidad, mientras que el indio mexicano representa las bondades de la tradición y de la vida primitiva.
Comencemos por hablar de M. Winthrop. El primer atributo de la modernidad que presenta es el del turista. Esto podría no parecer ser algo malo; sin embargo, si lo oponemos al concepto de viajero, nos daremos cuenta que en realidad se trata de una actividad superficial y, por lo tanto, negativa. En efecto, el turismo se hace para descansar y entretenerse, mientras que el viaje se asocia con la aventura y el autodescubrimiento. Winthrop, por su parte, también tiene otra motivación para ser turista: presumir que tiene el poder adquisitivo suficiente para hacerlo.
Pensemos ahora en Winthrop como un norteamericano capitalista a ultranza. El solo hecho de estar asociado a la ciudad de Nueva York lo dice todo: Winthrop es un hombre globalizado que busca inscribirse en la lógica económica mundial: el capitalismo, que sigue dominando en la actualidad. En este contexto, las cosas no valen por lo que son, sino por el dinero que nos pueden generar. Todo es visto como una mercancía a la que se debe sacar provecho a través de su venta por miles.
Así, incluso una obra de arte como podrían ser las canastitas del indio, son vistas por Winthrop son signos de dólar. No aprecia el arte, aprecia el dinero. Es por eso que desde el principio se aproxima a ellas desde un punto de vista financiero, preguntando cuál es su precio. Y no olvidemos que incluso un país entero cambia su valor dependiendo de las posibilidades de negocios que ofrece, pues antes de lo de las canastitas en serie, México era “una basura de país” para Winthrop.
Como consecuencia de esta visión materialista, Winthrop no puede evitar ser en extremo ambicioso e incluso inmoral. Solo puede pensar en el dinero, al punto de que parece volverse loco mientras hace y deshace cuentas, como si se apartara de la realidad. Además, intenta estafar al indígena atribuyéndole una parte muy pequeña de las ganancias hipotéticas, al mismo tiempo que lo llama amigo.
En lo que se refiere al indígena, podemos notar que este vive en armonía, tanto con la naturaleza como con los otros humanos. Pensemos, por ejemplo, en su buena relación con los otros habitantes de su pueblo, así como en el hecho de que él los apoya tanto como le es posible. Pensemos también en lo profunda que es su conexión con la naturaleza en general. El indígena trabaja con y para ella. No la maltrata, ni la despilfarra; tampoco apresura su curso, pues siempre espera a que sus materiales para realizar sus canastitas estén listos. Vivir así le da una inmesa satisfacción y lo llena de una gran inspiración que se manifista en todos los dibujos de mariposas que crea para decorar sus canastitas. El indígena es todo lo contrario a la modernidad industrial, que explota a la naturaleza hasta hacerla desaparecer.
Asimismo, el indígena es un creador, no un simple productor. Hace su arte, no para conseguir dinero, pues gana una miseria con éste y tiene que mendigarlo, sino por el placer que le confiere el poder de crear algo trascendente. No importa el esfuerzo que le requiera (pues pasa entre 15 y 20 horas en cada canastita), él siempre imprime su alma en su trabajo. No obstante, se trata de una actividad positiva, no como lo que ocurre con el obrero alienado, a quien se le arranca el alma mediante un trabjo mecánico que solo tiene por fin que subsista el cuerpo. Por eso, el indígena es libre: su vida es única y no está predeterminada; él nunca sabe qué es lo que va acrea después. Su vida es expectativa emocionante.
Además de los retratos que Traven elaabora de sus personajes, la tesis de Traven que condena el progreso y el capitalismo se construye gracias al final, cuando el indígena se niega a hacer negocios con Winthrop, quien pretende que el primero realice cientos de canastitas en tiempo récord y a un precio menor (porque se le estaría comprando a mayoreo). Como se dijo al principio, Winthrop es el malo y el indígena es el bueno. Por tanto, Winthrop debe ser necesariamente el perdedor.
La explicación del indígena para no querer hacer negocios posee un carácter simbólico: producir a gran escala representa la muerte. El creador se convierte en un trabajador alienado, mientras que el arte se destruye tanto por volverse producto de una actividad mecánica en la que el resultado siempre es igual, sino porque Winthrop pensaba utilizar las canastitas como envase para chocolates, lo cual implicaría que estas acabarían, invariablemete, en la basura. También sería la muerte de la sociedad en general, porque estaría intercambiando su alma por mercancías cuya aparente perfección idolatra.
Lo que debería ser eterno por su dimensión de obra de arte, se vuelve efímero en la modernidad. La lógica del progreso en la economía resulta una estupidez, igual que Winthrop se ve estúpido cuando no comprende la explicación tan clara el indígena. Winthrop idolatra el progreso y lo que le permite, sin darse cuenta que se hace esclavo de él y que este no le permite apreciar lo que de verdad vale la pena, como el arte o la realidad. Es por eso que tanto él como las demás personas regatean el arte, que Winthrop no es capaz de diferenciar entre autos y canastitas, o que este mismo personaje jamás hace ninguna observación sobre la belleza de las canastitas. Solo el narrador lo hace.
Para Bruno Traven, solo los idales del indígena son legítimos. Por eso, al final del cuento, su vida continúaa inmutable, mientras que Wintrhop termina frustrado por no poder hacer negocios, en un peor estado que al inicio del texto. Está bien que esto sea así, pues intentando hacer progresar al indígena al hacerlo incursionar en un mercado globalizado, solo lograría su corrupción y la destrucción de lo que más ama.
Así es como Traven ensalza la tradición: haciéndola persistir inalterada y libre; mientras que critica el progreso frutrando sus ambiciones por su inmoralidad.
“Canastitas en serie” fue adaptado al cine junto a otros dos cuentos de Traven en Canasta de cuentos mexicanos (1956), bajo la dirección de Julio Bracho. Cuenta con las actuaciones de María Félix, Arturo de Córdova, y Pedro Armendáriz. La película se puede ver gratis en Youtube.