El escudo de armas de la Ciudad de México

El escudo de armas fue utilizado en banderas, pendones y sellos, durante todo el periodo virreinal y buena parte del siglo XIX.

Por: Dr. Uriel Caballero González.

Hace poco más de 500 años, el 15 de mayo de 1522, Hernán Cortés escribió la tercera carta de relación al todavía joven emperador Carlos V. En esta la epístola, el extremeño relata las vicisitudes de la conquista de Tenochtitlán a partir de la cuidadosa preparación del sitio de la capital mexica. El texto causó una gran impresión en la corte real. Sin conocer la realidad de lo que ocurría al otro lado del mar, el monarca y los funcionarios reales comenzaron a organizar la estructura política de la Nueva España. Una forma de dignificar a la nueva ciudad añadida a la corona de Castilla fue el otorgamiento de un escudo de armas.

Desde la antigüedad más remota, los reyes, caudillos y jefes utilizaron pendones y banderas para hacerse identificar. Sin embargo, el arte del diseño de escudos en el que se expusieran los logros, la dignidad y jerarquía de su portador fue algo que se fue refinando durante los últimos siglos de la Edad Media. La ciencia de la heráldica tiene sus reglas particulares y utiliza un lenguaje iconográfico que no debe parecer ajeno a un habitante del siglo XXI, tan acostumbrado a los signos, los emojis y las abreviaturas; pero dicha iconografía era esencial en una época en que la mayoría de la población era analfabeta.

El escudo de la ciudad de México fue otorgado por Carlos V el 4 de julio de 1523. Comparado con algunas filigranas heráldicas que necesitan a un especialista para poder ser decodificadas, el escudo chilango es relativamente sencillo: consta de un fondo azul que simboliza el lago de Texcoco, en su centro de encuentra un castillo que representa a la ciudad de Tenochtitlán en la que confluyen tres puentes, en recuerdo de las tres calzadas que unían al islote con tierra firme. Al lado del castillo se encuentran dos leones rampantes que simbolizan a los sitiadores que logran hacerse con la ciudad a pesar de los puentes rotos. Como orla o marco del escudo se encuentran diez nopales como símbolo las simientes de los campos adyacentes a la ciudad.

El escudo de armas fue utilizado en banderas, pendones y sellos de la ciudad de México durante todo el periodo virreinal y buena parte del siglo XIX. Pero, a partir del porfiriato, su fortuna ha tenido altibajos. Los liberales republicanos nunca sintieron mucha simpatía por el legado hispano.

Después de varios intentos poco afortunados de reemplazarlo por otros símbolos, el escudo de armas de la ciudad de México re-emergió de manera estilizada en 1995, durante el gobierno del regente Óscar Espinoza Villarreal. Desde entonces, aparece y desparece de la papelería oficial. Cuando Andrés Manuel López Obrador fue jefe de gobierno de la ciudad se le hizo acompañar con águila sobre un nopal tomada del Códice Mendocino. Durante el gobierno de Marcelo Ebrard, el escudo de Carlos V volvió a desaparecer y fue sustituido por un logotipo de la victoria alada de la columna de la independencia, el popular “ángel”. Hoy en día, a pesar de los tímidos gestos de revisionismo histórico realizados la jefa de gobierno de la ciudad, el escudo de armas forma parte de la imagen institucional del actual gobierno de la ciudad, a pesar de que se ha hecho una estilización excesiva de los símbolos que lo conforman. La próxima vez que reciban la factura del agua búsquenlo en la parte superior.

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