Manuel Felguérez, pionero del arte abstracto en México

Manuel Felguérez Barra perteneció a la Generación de la Ruptura de la plástica nacional. Pionero del arte abstracto en México.

Manuel Felguérez tuvo una infancia y juventud divertida en los caminos y campamentos que hizo dentro de los Scouts junto con Jorge Ibargüengoitia, su amigo y compañero de aventuras,  quien presenció el nacimiento de un futuro artista.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, Manuel y Jorge asistieron al Jamboree (reunión mundial de Scouts) realizada en Francia. Lejos de vivir el escultismo, su viaje se convirtió en una experiencia cultural al tener acceso gratis a los museos de la zona. Emocionado por entrar a castillos, catedrales, llegó en barco por el Támesis para entrar a la exposición de William Turner en el museo The National Gallery.

Felguérez regresó a su camarote inspirado por el controvertido paisajista inglés. Tomó un lápiz y cartón para dibujar el atardecer del río. Luego de firmarlo se lo enseñó a Ibargüengoitia, y dijo: ya soy pintor. Ambos soltaron la carcajada.

Al regresar a México se inscribió a la Academia de San Carlos; evidentemente tuvo una ruptura con el canon imperante de la escuela. Fue así que evita su estancia, sumado por ese cansancio de la visión nacionalista, y decide regresar a Europa.

En 1949 ingresó a la Academia de la Grande Chaumiére para ser discípulo del escultor ruso Ossip Zadkine. Dentro de un grupo de 14 personas tuvo la oportunidad de aprender de un buen maestro cubista, enérgico y visionario.

No hacer para vender, ni hacer para conservar.

Fue ayudante en el taller del costarricense José de Jesús Francisco Zúñiga Chavarría. Un año mas tarde se traslada a Puerto Escondido para trabajar por su cuenta a lado de un horno alimentado por leña. Esperando el barco bimestral rumbo a Acapulco nació aquel estilo único que transita de un universo con rasgos antropomórficos hacia la abstracción.

Su primera exposición fue en el Instituto Francés de la América Latina en 1954. En palabras del crítico de arte Justino Fernández: Felguérez nace en el campo de la escultura en un momento propicio, y su indudable talento nos trae una esperanza, una posibilidad por ahora. Con vocación bien definida, con sentido de la forma precisa del objeto que se propone, en su obra se percibe un espíritu fino, que sabe cómo sugerir sus intenciones.

Ganador de una beca para estudiar en París, regresa con Ossip, la diferencia es que ya no como discípulo, sino como amigo. Su destino ya estaba marcado, brincó del cubismo al arte abstracto sin dificultad.

El explorador de la forma y el color, el artista plástico racional y organizado, amante de a naturaleza, buscó siempre un impacto estético a través de sus obras. Empleó elementos abstractos para recrear desiertos y mares, engranajes, representaciones curvas y anguladas.

Impartió clases en la universidad Iberoamericana, participó en la elaboración del proyecto de creación de la carrera de Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Autónoma de México. Ahí fue fue maestro e Investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas. Investigador huésped en la Universidad de Harvard y profesor invitado en la Universidad de Cornell.

Se reconoce a Manuel Felguérez como creador revolucionario multifacético, y eje principal para comprender la plástica mexicana de los siglos XX y XXI. Merecedor de diversos premios nacionales e internacionales como: el Segundo Premio de Pintura en la Primera Trienal de Nueva Delhi, India, (1968); la beca de la Fundación Guggenheim y el Gran Premio de Honor de la XIII Bienal de Sao Paulo, Brasil, (1975); el Premio Nacional de Artes de México (1988); el nombramiento como Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte del CONACULTA (1993); La Encomienda de la Orden Isabel La Católica, del Gobierno Español (2006); el grado de Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México (2009) y la Medalla Bellas Artes (2015).

Parte de su obra se exhibe de manera permanente en importantes recintos en países de Europa, Asia y América, además de varias colecciones privadas.

En México su virtuosismo queda en las obras que realizó para el Museo Nacional de Antropología: la Celosía del Patio Central; el mural Tierra Quemada dentro de la Sala de las Culturas del Norte; y en la barda perimetral que evoca a los tzompantlis.

Por su trayectoria y aportación artística se fundó el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez en 1998, cuyo acervo fue donado por el propio artista. Otros espacios culturales también llevan su nombre como: la Galería de Arte Electrónico del Centro Nacional de las Artes, La Galería Metropolitana en la Rectoría de la UAM, la Casa Municipal de Cultura de Valparaíso, Zacatecas, y la Biblioteca del Hotel The Sebastian en Vail, Colorado.

Actualmente el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez continua recibiendo donaciones de obra de artistas nacionales y extranjeros, además de ser un referente obligado en México para aquellos interesados en el arte abstracto.

Es un sitio museográfico de gran calidad donde la arquitectura original del edificio armoniza con los elementos y los materiales modernos y cada espacio resulta sorprendente. Se puede conocer el desarrollo del arte abstracto mexicano y admirar las obras de más de 170 artistas que están representados en el museo, junto con un acervo de más de 800 piezas, entre pintura, escultura, grabado y objetos personales del maestro Felguérez.

Con su genio y trayectoria deja un legado que enriquece en gran medida el patrimonio artístico y cultural de nuestro país.