asesinato del archiduque

El asesinato del archiduque Franz Ferndinard

Un atentado en Sarajevo desató una serie de eventos que llevaron a la Primera Guerra Mundial, transformando el curso de la historia mundial.

El 28 de junio de 1914, en Sarajevo, el archiduque Franz Ferdinand de Austria y su esposa, la duquesa Sofía, fueron asesinados en un atentado que desencadenaría uno de los conflictos más devastadores de la historia: la Primera Guerra Mundial. Este evento, aparentemente aislado, tuvo profundas implicaciones globales, marcando el comienzo de una era de guerra total. 

Franz, heredero al trono del Imperio Austrohúngaro, había viajado a Sarajevo para supervisar las maniobras militares y reforzar la presencia de la monarquía en Bosnia y Herzegovina, territorios anexionados por Austria-Hungría en 1908. La visita fue vista con desdén por los nacionalistas serbios, que aspiraban a la creación de una Gran Serbia independiente, libre del control austrohúngaro. 

Entre los conspiradores estaba Gavrilo Princip, un joven de 19 años miembro de la organización secreta nacionalista serbia conocida como la Mano negra. Los planes para asesinar al archiduque se fraguaron con la intención de enviar un mensaje claro contra la opresión imperialista y fomentar la causa nacionalista serbia. 

La mañana del 28 de junio, Ferdinand y Sofía comenzaron su visita oficial a Sarajevo. La pareja recorrió la ciudad en un coche descapotable, sin saber que varios conspiradores, armados con pistolas y bombas, estaban dispersos a lo largo de su ruta. El primer intento de asesinato ocurrió cuando Nedeljko Čabrinović arrojó una bomba hacia el coche del archiduque. Sin embargo, el conductor logró esquivar el artefacto, que explotó debajo del vehículo que seguía, hiriendo a varios miembros de la comitiva. 

A pesar del ataque fallido, Franz Ferdinand insistió en continuar con su agenda y visitar a los heridos en el hospital. Este cambio de planes sería fatídico. En lugar de regresar a la ruta original, el convoy tomó un desvío equivocado. Se detuvo frente a una tienda en la esquina de las calles Franz Josef y Appel. Coincidentemente, Gavrilo Princip se encontraba allí, aprovechando la oportunidad que le brindó el destino. 

Princip sacó su pistola y disparó dos veces. El primer disparo alcanzó a Sofía en el abdomen, y el segundo hirió gravemente a Franz en el cuello. Ambos murieron poco después. El atentado no solo fue un acto de violencia, sino también un catalizador que encendió la mecha de un polvorín europeo cargado de tensiones políticas, alianzas militares y rivalidades imperialistas. 

El asesinato del archiduque y su esposa fue el pretexto que Austria-Hungría necesitaba para tomar medidas drásticas contra Serbia. El 23 de julio, Austria-Hungría presentó un ultimátum a Serbia, con demandas tan severas que era casi seguro que serían rechazadas. Cuando Serbia no cumplió con todas las condiciones, Austria-Hungría le declaró la guerra el 28 de julio de 1914. 

Este conflicto local rápidamente se transformó en una guerra global debido a la red de alianzas que dividía a las grandes potencias europeas. Rusia movilizó sus tropas en apoyo de Serbia, lo que llevó a Alemania a declarar la guerra a Rusia. Francia, aliada de Rusia, se vio arrastrada al conflicto. Cuando Alemania invadió Bélgica para atacar a Francia, el Reino Unido declaró la guerra a Alemania. Así, en cuestión de semanas, Europa se sumergió en una guerra que duraría cuatro años y costaría millones de vidas. 

El asesinato del archiduque Franz Ferdinand, un evento que parecía tener relevancia solo para los Balcanes, se convirtió en el detonante de la Primera Guerra Mundial, una contienda que transformó radicalmente la política, la sociedad y la geografía del siglo XX. La muerte del archiduque no sólo acabó con la vida de un hombre y su esposa, sino que también desató una cadena de acontecimientos que cambiaría el mundo para siempre. 

Por David Ortiz