El Titanic y su eterno legado: la tragedia del Atlántico
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En una fría noche de abril, el mundo perdió el “insumergible” Titanic en un desastre que marcó una era.
En el transcurso de la noche del 14 de abril y la madrugada del 15 de abril de 1912, el RMS Titanic, el gigante de los mares, se encontró con su destino final en las gélidas aguas del Atlántico Norte. El Titanic estaba diseñado para ser prácticamente insumergible. Su viaje inaugural de Southampton a la ciudad de Nueva York refutó esta afirmación.
Durante su construcción, el Titanic fue promocionado como una maravilla de la ingeniería moderna. Su construcción fue por la compañía White Star Line, su ensamblaje fue en los astilleros de Harland and Wolff en Belfast, Irlanda del Norte. El barco medía 269 metros de largo y pesaba más de 46,000 toneladas. Su diseño incluía compartimentos estancos diseñados para cerrarse en caso de una brecha en el casco, una característica de seguridad que supuestamente lo hacía insumergible.
El crucero zarpó el 10 de abril de 1912, llevando a bordo a 2,224 pasajeros y tripulantes, llevando dentro a algunas de las figuras más ricas e influyentes de la época. La primera parte del viaje transcurrió sin incidentes, los pasajeros disfrutaron de los lujos que sus instalaciones llevaban dentro. Incluían un gimnasio, una piscina, varios restaurantes y una biblioteca.
La noche del 14 de abril se desató la tragedia. El Titanic chocó contra un iceberg a unas 375 millas al sur de Terranova. A pesar de los esfuerzos por maniobrar el barco, el iceberg ya había rasgado una sección de su estribor. La inundación sobrepasó los compartimentos estancos diseñados para contenerla y el agua comenzó a hundir el barco a un ritmo alarmante.
La evacuación del Titanic estuvo plagada de errores y desorganización. Aunque el barco estaba equipado con suficientes botes salvavidas para todos los pasajeros, el número de botes no se basó en la capacidad total del barco, sino en regulaciones obsoletas. La combinación con una mala planeación de la evacuación, llevó a que lanzaran muchos botes salvavidas a medio llenar. De los más de 2,200 a bordo, solo sobrevivieron 705.
El hundimiento del Titanic no solo fue una de las mayores catástrofes marítimas en tiempos de paz de la historia, sino que también fue un catalizador para el cambio de las leyes de seguridad marítima. Poco después, se convocó la Convención Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar, que resultó en nuevas regulaciones para garantizar que los futuros barcos estuvieran mejor equipados para evitar, al menos, manejar mejor situaciones similares.
Más de un siglo después el Titanic sigue capturando la imaginación del público. Sus historias de heroísmo, sacrificio y tragedia continúan siendo narradas, recordando a las generaciones futuras las lecciones aprendidas aquella fría noche del 15 de abril.
Por: David Ortiz