La experiencia de parar y levantarnos

Por: Verónica Orihuela, Directora de Concepto Radial

Era un día común, los martes no suele haber muchos colaboradores de Concepto Radial por las oficinas de la radio porque la mayoría tiene clases por la mañana y algunos trabajan. Cutberto trabajaba en la Sala de Pre-producción, sentado frente a una de las computadoras de programación. Karla, una de nuestras becarias, estaba haciendo algún encargo que Erick, nuestro productor, le había pedido. Yo acababa de regañar a Erick un poco en broma porque había movido el aire acondicionado de mi oficina que, en realidad se había descompuesto días antes. Teníamos una invitada que grabaría una entrevista, así que ella y nuestro querido productor estaban en el estudio con Fer, alumna colaboradora, que ayudaría en la grabación.

Pasaban de la 1 de la tarde, yo había ido a ver el Salón de Congresos porque el 9 de octubre tendríamos el XX Aniversario de Concepto Radial ahí, ya me habían confirmado dos de nuestros mejores ex-colaboradores invitados a dar una conferencia. Así que me ocupaba comenzar a hacer las solicitudes de logística necesarias y al mismo tiempo me comunicaba por mensaje con una amiga para que condujera el evento de premiación que también era parte de los festejos. De pronto sentí una especie de sentón, el suelo parecía moverse violentamente hacia arriba y abajo, todo comenzó a brincar, desde el vidrio de mi oficina alcancé a ver a Cutberto, los dos nos miramos con sorpresa, él se levantó rápido de su asiento diciendo en voz alta “está temblando”, ni siquiera pude ver cuando Karla salió, comencé a buscar mi celular, como no lo vi, tomé mi bolso al mismo ritmo que escuchaba crujir el edificio, los vidrios tronar, la gente gritar y correr. Recuerdo haberme pasmado una primera vez durante el suceso dentro de mi oficina, Cutberto me gritó: “los vidrios, aléjate de los vidrios” que sin romperse se escuchaban chocar con sus propios soportes o entre ellos mismos. Entonces caminé, casi corrí hacia las escaleras.

Concepto Radial está en el Mezzanine del edificio de Biblioteca, apenas salí del pasillo donde se encuentra la cabina, pude ver a los muchachos bajar corriendo del piso siguiente mientras del techo caían: pedazos de pared, acabados, la escalera se movía con ellos de una manera que no invitaba ni mínimamente a contribuir con el peso, pasmada por segunda vez ahí a la mitad de la entrada al área entre las escaleras y las oficinas que antes eran de producción, vino a mi cabeza la frase del 85 “las escaleras se caen, es lo primero, por el peso de la gente”.

De segundo a primer plano, como diríamos en la radio o cómo despertando de un sueño, escuché a Claudia, directora de otra área, decirme: “Vero abre la puerta, sí ahí abre la puerta”, se trataba de la pequeña cocina donde todos los días se hace café para quienes que trabajamos ahí, donde la señora de limpieza y yo conversábamos sobre cómo estaba y que tal le iba en el día, donde a veces coincidíamos Cutberto y yo para llenar nuestros vasos de agua. Después de varios intentos, pude abrir la puerta, abajo del marco nos resguardamos Claudia, otro compañero del Tec y tres alumnas que sollozaban de miedo.

Al mismo tiempo que todo seguía tronando, las paredes, los vidrios, las lámparas, los plafones, aún se escuchaba correr a la gente por las escaleras, cosas caían, el estruendo producido por el movimiento era mayor, la radio seguía sonando pero lejos como en tercer o cuarto plano, en primero la construcción, luego la caída de plafones, luego las lámparas y los modems de WiFi; todos nosotros esperando, rogando, deseando que eso terminará. Parecía calmarse y seguro cuando lo pensamos, nuestra boca emitiría esa voz de calma que dice “ya pasó”, entonces comenzó el movimiento oscilatorio, ya no brincaba el edificio, ya se movía cómo barco con la misma fuerza que en otro tipo de movimiento.

Entonces mi memoria se situó en el metro San Cosme, me ví vestida con el uniforme del colegio de la secundaria, saliendo del metro y mirando el polvo, la gente corriendo ensangrentada, los sonidos de los edificios derribándose en San Rafael se mezclaban con el estruendo del edificio de Biblioteca y pensé “irónico 32 años después, otra vez 19” y entonces volteé a ver a Claudia. Pensé que tal vez sería la última persona que podría ver y abrazar en mi vida, así que le dí un intento de abrazo que la posición, movimiento y nervios me permitieron; la miré a los ojos, apreté los labios como diciendo “ni hablar, aquí estamos” y dijo para calmarnos a todos “ya va a pasar”; sus palabras expresaron más un deseo que una verdad,  porque no estaba parando. Sentíamos la fuerza hasta que comenzó a detenerse el temblor, paró.

Hubo un instante de silencio en el que apenas pude escuchar la música de la radio por las bocinas del pasillo junto a la cabina, busqué mi celular en la bolsa, no estaba pero había que bajar y desalojar el edificio cuanto antes, no sabíamos cómo había quedado y si podría derribarse o no.

Quienes nos quedamos pegados a las paredes o bajo los marcos de las puertas, bajamos las escaleras, llenas de cal y piedras, unos venían del tercer y segundo piso aterrados, otros de la planta baja, dos horas antes en el simulacro casi había visto las mismas caras ahora con diferente expresión. Vi a Miguel herido de un pie, luego a Inés de un dedo, algunos alumnos lloraban, yo me encontré con Erick y nuestra invitada, me dijeron que alcanzaron a salir del estudio pero se habían quedado pegados a una pared antes de las escaleras. Todos estábamos fuera, de inmediato frente al edificio se paró alguien de Planta Física y dijo: “nadie puede entrar” ante la insistencia de permitirnos pasar por nuestras cosas.

Del lado izquierdo al exterior se oía mucho ruido de gente, no sabía que era, más tarde tendría la explicación. Cutberto apareció ayudando a Miguel a moverse porque un vidrio le había lastimado un pie, mientras tanto, todos los que estábamos fuera del edificio de Biblioteca, nos trasladábamos a la explanada del CEDETEC al enterarnos que había una fuga de gas. El panorama era aterrador, acompañado de las sirenas de ambulancias, policía, gritos, gente que corría, desde dentro del campus el Periférico lucía estruendoso, caótico, nada alejado de lo que teníamos en en nuestra propia universidad.

Nos encontramos varios en esa explanada, nos abrazamos creo que sólo por celebrar que en ese momento habíamos logrado salir con vida. Alguien me dijo “se cayeron los puentes del Tec”, pensé en los que están en la calle y conectan a Periférico, eso trajo a mi mente que no había podido comunicarme con mi familia, que mi madre estaba sola y con sus enfermedades seguro no había podido salir, que mi hermano estaba en la Colonia Doctores, zona que en el 85 fue de las más afectadas, que mi hermana se encontraba en un alto edificio de Polanco y que, según mi memoria, cuando todo se oye y ve así es que la ciudad está cayendo. Así que había que salir a como diera lugar.

La última vez que ví Concepto Radial

Una hora después del terremoto, me dije “debo regresar por mi celular a como de lugar”, mi familia debe estar buscándome y con la mala costumbre de ya no aprendernos los números telefónicos, no podía llamarles de los móviles que me prestaban porque no recordaba ningún teléfono, tampoco era que la red de telefonía se hubiera mantenido en pie. El desastre parecía incluir las comunicaciones.

Regresé al edificio de Biblioteca, pude entrar porque nadie lo resguardaba ya en ese momento, seguramente porque todos estaban en los puentes, yo ni siquiera me lo cuestioné pero me llamó la atención, no sabía lo que estaba pasando dentro del campus. Así que subí las escaleras, parecían un poco dañadas, al mismo tiempo que pisaba cada escalón me iba haciendo pequeña. Me fui constriñendo, mi espalda se dobló como en círculo junto con mis hombros, temblaba mi cuerpo, había cosas colgando que rechinaban con un sonido agudo como si fuera una película de terror, quizá lámparas o plafones. La radio ya no sonaba. Caminé por la orilla del pasillo que lleva a mi oficina, pegada a la pared derecha, entré y cuando ví mi chamarra recordé que había ido a  Salón de Congresos, había guardado mi celular en una de las bolsas, me apresuré a tomarlo junto con mi computadora y mi mochila, luego salí rápido cuidando los pasos, desean no pesar mucho.

Cuando avanzaba hacia las escaleras vi por última vez hasta ahora, la cabina de Concepto Radial intacta, sus vidrios relucientes, el techo acústico en su lugar, las lámparas que trabajaban con la planta de luz aún encendidas y en su sitio, los revestimientos acomodados. Ahí la radio estaba de pie y respiré pensando lo mucho que había representado en mi vida el espacio y sobre todo estar cuando se construyó. Luego bajé las escaleras y salí del edificio, del campus y unos minutos fuera supe el desastre en nuestra casa, no había forma de regresar, tenía que cruzar la ciudad hasta el norte y saber de mi familia.

¿Están todos bien?

Pasaban las horas, no pude cruzar la ciudad pero supe que todos en mi familia estaban bien. Hablé con Erick, el productor, en un par de momentos y me narraba lo sucedido en el campus, le dije que regresaría a ayudar y me contestó “mejor cuídate, afuera es un caos, ni siquiera te van a dejar pasar”, tenía razón el caos no sólo era por el Tec, había en la zona muchos edificios derrumbados y el tráfico colapsó.

Por la tarde, en el chat de colaboradores comencé a pedir que todos se reportaran, quería saber si los muchachos estaban bien. Comenzaron a escribir, a los que no contestaban les mandé un mensaje directamente o les llamé, al final del día tuvimos el estatus: los colaboradores de Concepto Radial estaban bien.

Mientras, Insurgentes lucía en caos con la gente caminando por los carriles del Metrobus, las camionetas subían a las personas que pedían aventón. Las malas noticias llegaban de todas partes y se podían oir en la radio. Ex alumnos me escribían preguntando mi estado y el de la estación, a algunos pude contestarles inmediatamente: “todo bien”, a otros de plano los olvidé. El caos de afuera era el de adentro, cada uno de nosotros comenzó a lidiar con el trauma que un evento de tal naturaleza deja en nuestro cuerpo y emociones.

Para la noche llegaban los mensajes por whats buscando personas desaparecidas, unos alumnos del Tec, otros desconocidos que la gente buscaba desesperadamente, era difícil tener información veráz de quienes sí eran desaparecidos a partir de este temblor y cuáles eran falsas búsquedas. Como pudimos nos concentramos en compartir fotos en redes sociales, al menos de quienes nos constaba no aparecían. Para las primeras horas del 20 de septiembre la sombra de la noche nos alcanzó mientras amanecía, 5 pérdidas humanas en nuestra casa, el silencio se hizo cómplice del dolor.

Parálisis radial

Concepto Radial funciona con Erick (Pate) a la cabeza de producción, Cutberto a cargo de las cuestiones técnicas, quien escribe en la dirección y más de 40 colaboradores y becarios. Sí tenemos un plan de contingencia porque en 2009 tuvimos que cerrar nuestras instalaciones por otra terrible situación: la pandemia de influenza. Aquella vez de inmediato nos organizamos para generar contenido informativo desde nuestras casas y a través de las redes sociales, la radio quedó con música continúa, los programas salían con contenido por página y redes sociales.

Desde luego la situación era muy diferente y esta vez, nos paralizamos en la radio, ante la experiencia del 19 de septiembre no hay plan de contingencia que valga. El evento fue de tal magnitud que las prioridades no sólo a nivel institucional sino personales cambiaron. Una vez que se supo que los colaboradores estaban bien, había que saber en qué condiciones se encontraban, si tenían un techo firme donde vivir, si sus familiares estaban bien, si tenían su equipo de cómputo a la mano, cómo estaba el ánimo, cómo íbamos a cerrar el semestre académico; demasiadas preguntas antes de cómo seguir en Concepto.
Los mismos que dirigimos la radio, somos profesores, así que al llamado de nuestros jefes para reunirnos y establecer mecanismos de trabajo académico hubo que responder de forma prioritaria y eficiente. Todos debíamos capacitarnos para adoptar un modelo que el Tec ya tenía tiempo desarrollando pero que requería ahora de nuestra atención y aprendizaje como profesores. De cualquier manera y a título personal, debo decir que la tragedia por primera vez me dejó sin posibilidad de responder, no era la influenza, ni una inundación, era nuestra casa afectada a un nivel trágico, nuestra gente y colegas sufriendo directamente la experiencia y la necesidad de ayudar afuera, como sea que pudiéramos hacerlo. Esta vez no tuve cabeza para la radio, sobre todo, la preocupación era: cómo estaba nuestra gente anímicamente.

A los distintos llamados para juntarnos, apenas hubo 10 estudiantes, de ellos unos con el miedo, el ansia y la tristeza de lo sucedido, otros con la disposición de trabajar pero sin el equipo técnico necesario. Para el final de la siguiente semana, luego del terremoto, hubo que aceptarlo: no estábamos completos, no estábamos al 100 y no podíamos forzar a nadie ni a nosotros mismos. Así que poco a poco hemos ido tratando de configurar otras formas de producir radio con los alumnos que nos quedan: 10 o 12, y desde espacios diferentes porque por un tiempo no podremos ingresar a nuestras instalaciones.
En estos días agradezco a los colaboradores que nos han contactado con la voluntad de seguir y estamos organizados para abordar la radio desde las posibilidades que nos da la tecnología y  nuestro conocimiento. Eel medio como sabemos, se ha extendido a las redes sociales  digitales que nos han permitido conformar una comunidad e interactuar. Es momento de usar nuestra creatividad, de revisar las posibilidades que tenemos de generar contenido, también de identificar qué podemos ofrecer que aporte información y análisis relevante a nuestros seguidores o bien, que el entretenimiento puro también venga de distintos formatos radiofónicos o digitales.

Este octubre Concepto Radial cumple 20 años. De los cuales yo tengo 16 al frente. Aunque consideramos que el momento no está para celebraciones, también sabemos que no hay mejor manera de celebrarnos que haciendo lo que nos gusta.

El 9 de octubre estaba preparada una conferencia con los periodistas Javier Risco y Rodrigo Pacheco, dos ex-colaboradores que pasaron por nuestra radio con compromiso, gran actitud y valiosas aportaciones. La idea era saber desde sus voces cómo es que nuestro medio puede abonar a una sociedad como la mexicana con los problemas que hasta antes del 19 eran realmente preocupantes como el narcotráfico, la corrupción, la pobreza, etc., y a los que hoy se suma el de la reconstrucción.

A los dos he agradecido su voluntad de estar  y espero, en mejor momento, poder reunirnos nuevamente. También el aniversario incluía la premiación a lo mejor del 2016, eso sólo cambiará de sede y fecha, aunque aún no hay nuevo lugar ni día, será sencillo reprogramarlo en cuanto lo académico haya tomado su rumbo.

La solidaridad de las redes de radios universitarias y nuestros socios.

Una semana antes del sismo,  Concepto Radial había recibido a nuestros socios de Kjzz, radiodifusora de Arizona, cuya oficina de representación en México se encuentra en nuestro campus y con quienes desde 2015 sostenemos un convenio de colaboración que ha dado entre muchos frutos, la transmisión de NPR desde nuestra cabina.

El 7 y 8 de septiembre estarían transmitiendo su programa “The Show” desde nuestra casa. Sin embargo, el 7 de septiembre después del temblor de 8.1 grados que tuvimos en la noche, el campus cerró sus instalaciones como todas las instituciones educativas al siguiente día, por lo que la segunda transmisión especial se canceló; algo que nuestros socios entendieron bien debido a que las imágenes de los lugares más afectados como Oaxaca y Chiapas, habían aparecido en todos los medios informativos y las autoridades solicitaban el cierre de escuelas para la revisión de Protección Civil.

A nuestros amigos de Kjzz, les agradecemos las muestras de afecto y solidaridad en todo momento desde el primer día, además del sensible acompañamiento que han hecho para brindarnos apoyo de la manera que sea, incluso buscando que nuestros alumnos puedan trasladarse y colaborar con ellos como internship o bajo la figura que permita darle continuidad a su semestre, eso aunado al seguimiento de los planes de taller que hacemos en  clase y la radio cada semestre.

Otra sección de nuestro convenio con Kjzz, incluye la producción de “Salud con H”, programa sobre el cuidado de la salud para hombres que se produce en Concepto Radial desde hace casi un año y se transmite en la estación Sunsounds de Arizona, esta radio tiene como especial característica la de ser un medio dirigido a discapacitados visuales latinos. Su directora Andrea Pasquale envío varios mensajes de empatía y ofreció todo el apoyo a nuestra radio, estamos muy agradecidos también.
Por otro lado, Concepto Radial forma parte de la Red de Radios Universitarias de México (RRUM), integra además la junta directiva a través de mi persona, así que durante los días siguientes al terremoto, recibimos muestras de afecto, apoyo y consolación de varios de nuestros compañeros, algunos pidiendo entrevistas que pudimos dar para narrar lo sucedido en la Ciudad de México; otros, con la propuesta de programar lo que deseáramos en sus radios y, en su gran mayoría, con un mensaje sensible de solidaridad.
La RRUM forma parte a su vez de la Red de Radios de Latinoamérica y el Caribe, a la que desde el año pasado se integró España convirtiéndola en red Iberoamericana. También desde distintos países integrantes de dicha asociación, recibimos comunicación con muestras de solidaridad y apoyo que agradecemos profundamente. De Argentina y Chile especialmente nos llamaron para conocer la magnitud del desastre causado por el terremoto de 7.1 grados. Gracias porque en momentos como estos la sola comunicación reconforta.

Desde luego, el mundo recibió la noticia del terremoto en México con preocupación, las muestras de apoyo vinieron de todas partes, de distintos gobiernos, organizaciones internacionales y luego la ayuda. No podríamos esperar menos, el alcance de tal evento había sido impactante. Hasta la fecha hay compañeros de las radios de Latinoamérica que me dicen estar impresionados por las consecuencias.

Hoy más que nunca son importantes las redes, tender puentes entre las radios universitarias nos permite, no sólo sentirnos acompañados en momentos de desolación como los que produce un desastre de este nivel, también nos da la capacidad de reforzar el impacto de nuestros contenidos, el intercambio de ideas y la discusión de problemas comunes en nuestra región, para llegar a tener más claridad en la forma cómo podríamos enfrentarlos. Creo y considero que las redes que tenemos en todos los niveles, deben consolidarse y esa es una visión que abrazamos como radio universitaria en Concepto Radial.

Lo que sigue

La misión de Concepto Radial es llevar contenidos fortalecidos con la participación de nuestros alumnos y académicos que reflejen lo que somos como la institución Tec de Monterrey, y por lo tanto seguiremos trabajando en formar personas dentro y fuera de nuestra radio con la difusión de información y el entretenimiento. Los momentos como este, si bien constituyen una dolorosa experiencia también nos dan oportunidades de hacer las cosas de manera diferente y mejor.

En la discusión de replantearnos como radio universitaria está claro que queremos todos un mejor país y que ningún medio es pequeño ante tal meta. Somos ambiciosos, es cierto, y también conocemos nuestros alcances y lo mucho que amamos nuestro trabajo, esto último es el motor que nos impulsa a seguir con quienes decidan acompañarnos dentro del Tec y fuera del mismo.
Nuestros colaboradores son justo esa generación que hoy nos dio un gran ejemplo. Siempre he estado muy orgullosa de representar a los estudiantes de la radio y estaré agradecida por la generosidad de su colaboración, que no implica calificación o ganancia  alguna más que el aprendizaje que te da el trabajo radiofónico.

Ante esto, sólo podemos responder con la voluntad de seguir haciendo radio y aprovechando los medios digitales que ahora nos ayudan a conformar una comunidad. Así que a nuestros 20 años, como canción de Elton John, nuestro Concepto Radial dice: “I’m still standing”.