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Reportajes Periodísticos: Tanatología y salud mental

La tanatología como luz de esperanza ante cifras alarmantes del Inegi sobre la salud mental en México

Durante la pandemia de COVID-19, la población mexicana pasó por un proceso de pérdida debido al cambio de vida radical que experimentamos, además de la gran cantidad de fallecimientos que fueron registrados en el país, pues según cifras dadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2021), hubo un total de 2 millones 203 mil 910 defunciones generales entre 2020 y 2021.

 

Las alarmantes cifras.

México registró una tasa de defunciones en 2021 de 88 habitantes por cada 10 mil, superior en dos unidades a la información definitiva del año anterior. Las implicaciones de este crecimiento de fallecimientos nos indica que un gran número de personas pasó por un proceso de pérdida. Esto de acuerdo al estudio preliminar realizado por el INEGI “Estadísticas de defunciones registradas 2021”. 

Las implicaciones de este crecimiento de fallecimientos nos indican que gran parte dela población tuvo que pasar por un proceso de pérdida de algún familiar, conocido o persona cercana. Sin embargo, este no sería el único duelo por el que pasarían los ciudadanos.

La primer Encuesta de Bienestar Autorreportado (ENBIARE, 2021) realizada por el

INEGI, reveló que la proporción de población con síntomas de depresión ascendió a 15.4% de la población adulta, la cual comprende 85 millones 858 mil 383 ciudadanos, de los cuales 13 millones 222 mil 191 han presentado síntomas de depresión.

Poniendo en perspectiva esta problemática, de cada 8 mil 585 ciudadanos, mil 322 han sufrido este problema de salud mental y tomando en cuenta que la tasa de “no respuesta” fue de 9.9% según los resultados presentados, se considera que los números anteriores aumentan en relación a las respuestas.

A partir de dichos datos surge la gran preocupación sobre el ineficiente sistema que tiene México en cuanto a la salud mental y el poco interés que el gobierno, así como las instituciones privadas, le dan a la población que pasa por momentos de crisis.

María Elena Medina Mora, jefa del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que, si bien aún no existen cifras específicas del impacto del COVID-19 en la salud mental, sí se sabe que esta pandemia generará un aumento de la demanda de estos servicios.

Los números se vuelven preocupantes al poner en perspectiva las miles de personas a las que equivaldría esto. Lo cual refleja el problema de atención por parte del gobierno para realizar estos sondeos y proporcionar la información necesaria.

 

¿Acaso tales cifras son diferentes si la población tuviera conocimiento acerca de la tanatología?

La palabra tanatología proviene de origen griego “thanatos”, que es el dios que gobierna la muerte y “logos”, que se refiere al estudio o tratado sobre un tema.

De acuerdo con el Instituto Mexicano de Tanatología, ésta “es una disciplina científica que se encarga de encontrar el sentido al proceso de la muerte, sus ritos y significado concebido como disciplina profesional, que integra a la persona como un ser biológico, psicológico, social y espiritual para vivir en plenitud y buscar su transcendencia…”, aunque se puede sintetizar como el estudio de la vida que incluye la muerte.

Por otra parte, en términos simples la tanatología es “un acompañamiento emocional a una persona que está en duelo” mencionó la tanatóloga con experiencia de 16 años, Rosario Urbina.

Las pérdidas que puede sufrir una persona no se basan únicamente en la propia vida, está también “el cambio de colegio, la separación de los padres, el nuevo puesto de trabajo, una promoción laboral, ser madre, la muerte de un ser querido, un nuevo domicilio, la muerte de la mascota, la jubilación, una mutilación, un aborto provocado o natural, el despertar de los sueños y fantasías, el paso de la niñez a la pubertad, a la adolescencia a la edad adulta, afrontar una grave enfermedad” declaró la tanatóloga Beatriz Schiaffino en 2014. Todo ello y muchas más cosas generan un proceso de pérdida y por lo tanto un duelo.

Maria Fernanda Gómez, usuaria de la terapia a la que entrevistamos, pasó por un proceso de pérdida al salir de una relación con problemas psicológicos de fondo y pasó por múltiples terapias hasta llegar a la tanatología, siendo descrito por ella como un “proceso que salvó su vida”. Este es solo uno de los ejemplos de las múltiples situaciones para las que es utilizado este acompañamiento.

‘’Los duelos por pérdida no son patrimonio exclusivo de la muerte. Hay un duelo por delante en la vida de todo aquel que sufre una pérdida, que atraviesa un cambio, que deja una realidad para entrar a otra’’ resaltó el médico Jorge Bucay en su libro de 2001 “El Camino de las lágrimas.

 

¿Es igual el proceso de pérdida y duelo para mujeres y para hombres?

Charín, como es conocida la especialista en esta ciencia y maestra en biociencias, mencionó que de 50 mujeres que asisten a su consultorio por una terapia, solo va un hombre.“Las mujeres nos conocemos mucho más emocionalmente y el decir “voy a terapia” es muy común y de los hombres no tanto. Sin embargo, cuando se presenta un hombre a terapia, trabaja mucho mejor que las mujeres” afirmó. La importancia de tener una perspectiva de género en un país donde aún no está normalizado que las personas asistan a terapia, puede prevenir el aumento de las cifras alarmantes mencionadas a las que ya tiene acceso toda la población.

El poder tener el conocimiento sobre todas las alternativas que existen para sobrepasar situaciones difíciles, sin importar sexo, género, orientación sexual, raza y/o religión, podría ser esa esperanza que marcara una diferencia para futuras generaciones y su desempeño diario, ya que las acciones del día a día, el ambiente y la productividad, son relacionadas directamente con el estado mental y como éste se procesa.

 

Más de la vida que de la muerte.

La tanatología, como muchas otras formas de acompañamiento, es solo una herramienta más que se dispone para la población en cualquier momento de incertidumbre.

Según Rosario, una característica que vale la pena resaltar es que esta ciencia habla más de la vida que de la muerte y todos en esta vida necesitamos acercarnos a cómo somos por dentro, cómo son las emociones, cómo son nuestros sueños, qué es lo que nos duele, qué es lo que le duele al otro, entre muchas otras cosas; y todo eso, nos hace mejores seres humanos.

Créditos:

Entrevistados: Rosario Urbina, Maria Fernanda Gómez

Investigación, guion, voz, producción: Carolina Méndez Arrieta, Ana Paulina Vallejo Arzaba