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El día en que México declaró la guerra

México mantuvo su neutralidad en la guerra durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, sexenio que tuvo una relación tensa con Estados Unidos.

Por: Dr. Juan Carlos Olmedo Estrada.

Frente, a esta reiterada agresión, que vulnera todas las normas del Derecho de Gentes y que implica un ultraje sangriento para nuestra Patria …. a partir de esa fecha, existe un estado de guerra entre nuestro país y Alemania, Italia y Japón.

Manuel Ávila Camacho, 28 mayo 1942.

Hace casi 80 años que México declaró la guerra a las potencias del eje, o más bien, se declaró en “estado de guerra”, que en términos prácticos significa lo mismo, pero en la semántica de la diplomacia, alude más bien a una respuesta defensiva e irremediable ante el ataque del enemigo.

México mantuvo su neutralidad en la guerra durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, sexenio que tuvo una relación tensa con Estados Unidos, como resultado del socialismo moderado cardenista, que tuvo en la educación socialista; en las expropiaciones de los ferrocarriles y del petróleo; en su decidido apoyo a la república española; y en el asilo a León Trotsky, las principales expresiones de la izquierda mexicana, misma que también fue muy enfática para condenar vehemente al fascismo.

La llegada de Ávila Camacho al poder dejó atrás el radicalismo campesino y obrero, favoreciendo un mayor acercamiento con Estados Unidos. La Declaración de la Habana firmada por México en 1940, consignaba que cualquier agresión fascista a una nación americana, sería considerada como un ataque contra toda la unidad americana.

En diciembre de 1941, Estados Unidos entra a la Segunda Guerra Mundial, como resultado del ataque japonés a Pearl Harbor y a partir de ese momento, presionaría insistentemente a México para hacer lo propio, sin embargo, nuestro país se mantuvo neutral hasta que el 13 mayo de 1942, un submarino alemán, hundió dos buques mexicanos, el “Potrero del llano” y el “Faja de Oro”, en el Golfo de México, lo cual obligó al gobierno mexicano a declarar estado de guerra el 22 de mayo.

Desde 1941, México había firmado importantes acuerdos económicos con Estados Unidos, para convertirse un proveedor fundamental de al menos once productos estratégicos, mismo que implicaría la modernización de la agricultura y de la industria nacional. De igual forma, en 1942 se firmó el “Programa Bracero” que permitió que durante la guerra y décadas después, centenares de miles de trabajadores mexicanos, mayoritariamente agrícolas, podían migrar temporal y legalmente al país del norte.

Ávila Camacho aprovechó la coyuntura para fortalecer al Estado mexicano y zanjar sus rivalidades con los caudillos posrevolucionarios y con los radicales pro cardenistas. Para tal efecto llamó a la “unidad nacional”, acto que alcanzó su clímax performático al invitar a todos los expresidentes vivos, incluyendo a los irreconciliables Cárdenas y Calles, a presentarse juntos en la ceremonia del grito de la independencia.

La participación militar de México se limitó al Escuadrón 201, comando aéreo de casi 300 mexicanos, de los cuales 25 eran pilotos, quienes fueron asignados a las Filipinas, en donde pelearon entre junio y agosto de 1945 y a su regreso fueron recibidos con los más altos honores militares.

Los mayores beneficios del apoyo mexicano a los aliados, se verá en las siguientes décadas, pues las condiciones económicas para las naciones vencedoras serán muy favorables y para México servirán de plataforma al desarrollo estabilizador y al cierre de las rencillas históricas entre nuestro país y Estados Unidos.