Libro

Las ferias del libro en México

Las universidades han jugado en papel muy importante en la proliferación de las ferias.

Por: Cérida Webster Henestrosa.

A lo largo del año vemos en el calendario de eventos culturales en nuestro país la oferta de 162 ferias del libro. De acuerdo con el Sistema de Información Cultural de la Secretaría de Cultura, prácticamente todos los estados de la República, a excepción de Tabasco, cuentan con al menos una feria del libro al año. Si bien es alentador la proliferación de ferias, la Ciudad de México continúa centralizando la oferta, pues llega a tener 52 a lo largo del año; seguida por el Estado de México, Veracruz, Puebla y Sonora, cada uno con 9 ferias. Las temáticas de ellas son de lo más diversas, las hay tan abiertas como la Feria Internacional del Libro de Minería, o tan específicas como la Feria del Libro de la Cocina Tradicional, la de Novela Negra y Policiaca o la de Escritoras Mexicanas.

La historia de las ferias del libro en México está relacionada con el crecimiento de la industria editorial en nuestro país. Un punto de arranque lo podemos encontrar en el periodo posrevolucionario. En ese contexto confluyen varios factores. Por un lado, el proyecto vasconcelista combatía el analfabetismo a través de misiones culturales, la creación de bibliotecas y la publicación de libros gratuitos que llevaban a la masificación de la cultura. Por otro lado, el impulso que significó la escasez de libros importados de casas editoriales españolas durante el periodo entreguerras. Finalmente, el hecho de que en 1921 los Talleres Gráficos de la Nación pasaran depender de la Universidad Nacional, permitió a Vasconcelos desarrollar ampliamente su labor como editor de libros y revistas gratuitos; esto es, pasar a la producción de libros en gran escala.

La primera Feria del Libro y Exposición de Artes Gráficas en la ciudad de México tuvo lugar del 1 al 10 de noviembre de 1924 en el Palacio de Minería. Su organización fue dirigida por Jaime Torres Bodet, jefe del Departamento de Bibliotecas de la Secretaría de Educación Pública. Además de la propia Secretaría, participó en el evento el Departamento del Distrito Federal. El propósito era, según señaló en la convocatoria Bernardo Gastélum, sucesor de Vasconcelos en la Secretaría:

promover el crecimiento recíproco de la producción editorial de la República, facilitar el comercio del libro, hoy entorpecido por la falta de propaganda, estimular la concurrencia de los editores extranjeros al mercado del país, alentar el arte de la imprenta y la decoración del libro, honrándolo por ser el más eficiente vehículo de cultura y de humanidad, y, además, para propagar el afán de la buena lectura, tan descuidada entre nosotros.

Además de las editoriales estatales como las del Museo Nacional, los Talleres Gráficos de la Nación y la Universidad Nacional de México, se ganaron su lugar a través de un concurso, algunas editoriales como la Librería Porrúa, la American Writing Paper, la Compañía Nacional Editora Águilas, Cultura, El Libro Francés, la Federación Nacional de Artes Gráficas, Herrera Hermanos, Enrique Zúñiga, Otto Bettinger, Santiago Galas, la Imprenta de Manuel León Sánchez.

La segunda edición de la Feria se presentó hasta 1942. Probablemente esto se debió a la reticencia al proyecto editorial vasconcelista en un momento en el que el país salía de la lucha armada. Para 1942 la aceptación fue mayor, por lo que la feria llegó a tener 15000 visitantes en un día. A partir de los años 40 las ferias aumentaron y se diversificaron. No obstante, el impulso librero comenzó a tener su auge a partir de la década de los 80.

Las universidades han jugado un papel muy importante en la proliferación de las ferias; tanto, que en 1947 se presentó la primera Feria del Libro Universitario. El esfuerzo más reconocido ha sido el de la Universidad de Guadalajara, que cada año organiza a finales de noviembre, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, una de las más concurridas en el mundo. En la Ciudad de México, la UNAM realiza durante el mes de febrero, la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. El norte del país cuenta, por su parte, con la Feria Internacional del Libro de Monterrey, organizada por el Tecnológico de Monterrey durante el mes de octubre.

En estos días tendrán lugar en nuestro país diversas Ferias del Libro. La de Monterrey, el Zócalo de la Ciudad de México, la de Oaxaca y la de Antropología e Historia, son algunas de las que se realizan durante el mes de octubre. Sin duda vale la pena visitar una de ellas. Además de comprar o conocer las novedades editoriales, podemos asistir a presentaciones de libros, conferencias, exhibiciones, ciclos de cine y talleres. Todo esto enriquecerá nuestra experiencia como lectores.