Paredes

Reportajes Periodísticos: Lo que esconden las paredes

La primaria Carlos A. Carrillo no es igual a las demás. Es una escuela pública en cuyas paredes se cuenta una historia que estuvo cubierta bajo una capa de cal y siete de pintura durante casi 87 años.

En 2017, gracias a 20 fotografías pertenecientes al Acervo Histórico de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero (BFXC) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, se descubrieron una serie de murales ocultos en una primaria ubicada en la colonia Portales.

Las imágenes, que pertenecían a una carpeta que fue donada a la Biblioteca de la IBERO por Manuel Arango en 2012, muestran diversas reproducciones de la educación y la niñez de México en los años 1930.

Dichas fotografías llegaron a las manos de la maestra Teresa Matabauena, directora de la BFXC, quien, en colaboración con un equipo de historiadores de arte, llevó a cabo una extensa investigación.

Matabuena entonces contactó a una historiadora del arte, la doctora Mercedes Sierra Kehoe, quien utilizó las fotografías para realizar un mapeo a través de una reproducción virtual y así identificar la ubicación de los murales.

Fue ahí cuando Sierra Kehoe, académica de la FES Cuautitlán, se dirigió hacia la escuela primaria Carlos A. Carrillo para confirmar la ubicación de las obras. Una vez identificados los murales, se inició con el proceso de descubrimiento de los mismos con apoyo de técnicos en restauración provenientes del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

O’Gorman y las primarias funcionalistas

Haciendo un recuento histórico, recuperando información del escrito El sistema de escuelas primarias de Juan O´Gorman por Alejandro Bosqued, la historia de estos murales nos lleva a 1931. Durante ese año, Narciso Bassols fue nombrado titular de la Secretaría de Educación Pública por el entonces presidente Pascual Ortiz Rubio.

A su llegada, Bassols impulsó un modelo que se denominó como Educación Socialista. Este buscó que a través de la educación se fomentaran los intereses de la colectividad sobre los individuales, así como la concienciación de una mayor igualdad en la distribución de la riqueza.

Bassols fue invitado por Diego Rivera a visitarlo durante la construcción de la casa-taller del pintor y de Frida Kahlo, proyecto a cargo del arquitecto Juan O’Gorman. En dicha visita, Rivera le refirió al secretario que las escuelas del país debían de ser construidas como su casa.

En 1932, O’Gorman es nombrado jefe de la Oficina de Edificios en el Distrito Federal por Bassols para continuar con el proceso de reconstrucción revolucionaria del país. Al joven arquitecto se le encargó la planeación de nuevas escuelas primarias para el Distrito Federal.

Fue así como, en un plazo de seis meses y con un presupuesto de un millón de pesos, se construyeron 25 nuevas escuelas, se ampliaron ocho y se repararon 28.

La propuesta de O’Gorman tenía como base una ideología funcionalista, aplicando el concepto de “máximo de eficiencia por mínimo de esfuerzo o costo”. Su arquitectura buscaba ser fácil de realizar; dándole importancia a la solución de las necesidades de las poblaciones desprotegidas y tomando en cuenta los requerimientos de bienestar, higiene y economía de la época.

En este contexto se construyó la escuela primaria Plutarco Elías Calles, ahora llamada Carlos A. Carrillo, ubicada en el número 65 de la calle Antillas, entre las avenidas Tlalpan y Municipio Libre, muy cerca del tradicional Mercado de Portales.

La memoria de los murales

Como parte del ideal funcionalista de la arquitectura de O’Gorman, se encargó la realización de murales en las escuelas primarias como fue en el caso de la Carlos A. Carrillo. La propuesta buscó que el arte pictórico fuera parte integral de la construcción, dándole la bienvenida a la infancia con narrativas sobre la educación nacional.

Sobre la función de las obras en la primaria, la doctora Sierra aseguró que estas son una muestra más de la finalidad que ha tenido el arte mural desde el principio de los tiempos: contar historias.

Los murales de la primaria fueron realizados en 1935 por el colectivo de artistas conocido como la Alianza de Trabajadores de las Artes Plásticas (ATAP), entre los que se encontraban Máximo Pacheco, Roberto Peréz, Jesús Galvan, Juan Manuel Naya y Raúl Anguiano. “Nos hablan de una realidad, de un México post-revolucionario que está precisamente empezando a caminar por una nueva acera” explicó la investigadora.

Sin embargo, los murales fueron encalados en 1935, justo un año después de su elaboración. Sierra Kehoe apuntó que el motivo de la censura se debió a que “los murales muestran unas narrativas de enfrentamiento entre las clases sociales; hay un discurso claramente anticlerical, lo cual molesta a la sociedad de ese momento”.

Ante esto, se hizo mención del escrito de Cristina Pacheco, La luz de México: entrevistas con pintores y fotógrafos (1995), donde el pintor Máximo Pacheco rememora la tensa situación que se vivió al trabajar los murales de la primaria Carlos A. Carrillo.

El artista narró cómo, incitados por un sacerdote, los padres de familia les impidieron el trabajo; incluso ocasionándole daño a los murales mediante un ataque con químicos, lo que obligó a los artistas a reiniciar la obra. “Las cosas llegaron al punto de que mientras unos pintábamos otros compañeros, armados, montaban guardia”, mencionó Pacheco.

Recuperar algo olvidado

Los murales se encuentran repartidos en diversos espacios de la institución como son el vestíbulo, las escaleras de la entrada y el salón de actos ubicado en el segundo piso. Con el motivo de encontrar las obras, se realizaron tres esfuerzos significativos. Se comenzó por saber si los murales se encontraban detrás de las paredes de la primaria. Después, el trabajó se enfocó en la búsqueda de la firma para autenticar la obra. No obstante, fue hasta el tercer proceso que se encontró la signatura. La doctora Sierra reveló que fueron varios meses los que se invirtieron en investigación y análisis de las fotografías para saber hacia dónde dirigirse al momento de enfrentarse al mural.

Tras ubicar el área de trabajo, comenzó la liberación de los muros para llevar a cabo el proceso de recuperación. Se removieron ocho niveles de estrato de las paredes mediante calas en áreas delimitadas, en las cuales se halló la pintura original hecha al fresco.

El maestro Alejandro Morfín Faure, restaurador del proyecto, explicó que “una cala se determina para establecer niveles de la superficie (…) en este caso nos encontramos con capas de pintura, desde pintura de esmalte hasta vinílicas”. De igual forma, comentó que toda la superficie estaba encalada, lo que protegió a la pintura original.

El restaurador, perteneciente al Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM), indicó que se utilizaron diferentes sustancias, como agua y alcohol, para romper la tensión superficial de las paredes. El proceso fue auxiliado mecánicamente por un bisturí, con el que se retiró la pintura “con mucho cuidado, por supuesto, un asunto de riesgo siempre”, indicó el especialista.

Al momento de la publicación de este reportaje, se está esperando a que se aprueben gubernamentalmente los recursos para dar luz verde al completo rescate de los murales. El
restaurador apuntó que se tiene un estimado de ocho meses para que el proceso de restauración de los murales sea completado.

Sobre el estado del trabajo y los próximos pasos a seguir, el maestro Morfín señaló que “se está develando de algún modo las condiciones de la pintura; ya que esté liberado se procederá a ver si hay que resanar alguna parte, si hay que consolidar; el consolidar implica fijar el pigmento que está inestable”. De igual forma, el especialista comentó que se hará un mapeo del muro para identificar sus condiciones y llevar un seguimiento centímetro a centímetro.

Es así como el maestro Morfín se involucró en este proyecto. “Es un rescate, es como recuperar algo que estaba olvidado; no perdido, olvidado”, concluyó el restaurador.

La labor más importante

La primaria Carlos A. Carrillo ha sido una de las escuelas más significativas para las familias de la colonia Portales. Cientos de niños, que han pasado por sus aulas, son la evidencia viva de lo que esta escuela representa.

Para el centro educativo, su principal punto de atención son los niños y las niñas. “La importancia de la escuela es que es un centro escolar que abre las puertas para todo tipo de niños” expuso la directora Virginia Barreto.

Es así como la escuela primaria Carlos A. Carrillo cumple un papel fundamental en esta población de la colonia Portales, la cual ahora ha sido enriquecida con el descubrimiento de los murales. En palabras de la directora Barreto “es algo que llega a marcar la vida tanto de los docentes como de los alumnos (…) y es una marca que va a quedar para toda la vida de los que estamos ahí”.

 

Créditos:

Entrevistas: Virginia Rosa Barreto Pérez, Alejandro Morfín Feaure y Mercedes Sierra Kehoe
Guion, investigación, fotografías, voz y producción: Luis Elías Vázquez Barreto y Melanie Grisell Carrillo Tuñón